lunes, 3 de noviembre de 2014

El planteamiento de la trama en 'El apartamento'




Estructura

El “Paradigma” clásico de Field es el modelo estructural de guión más extendido en el mundo del cine. Esta fórmula se basa fundamentalmente en adaptar al relato audiovisual las premisas clásicas establecidas por Aristóteles en su Poética; es decir, la organización del contenido en tres actos: planteamiento, nudo y desenlace. Field además añade ciertas peculiaridades propias, como los nudos de trama que veremos más adelante.

Esquema del Paradigma de Field
Primero vamos a centrarnos en el primer punto, el planteamiento o introducción, y más adelante iremos avanzando poco a poco en el análisis del Paradigma. Para ello vamos a apoyarnos en el clásico de Billy Wilder El apartamento , cuyo guión escribió I.A.L Diamond conjuntamente con el propio Wilder.

El planteamiento según Syd Field consiste básicamente en:
"Es una unidad de acción dramática en la que se plantea la historia. Se tiene que presentar a los personajes principales, establecer la premisa dramática, crear la situación y disponer de escenas que desarrollen esta información"
En la práctica, podemos resumir este concepto esencialmente en estos puntos:

- Presentar a los personajes, describirlos psicológicamente y situarlos dramáticamente en la acción. El protagonista, obviamente, fundamental.
- Mostrar el “mundo” en el que se localiza la historia. Contextualizar el ambiente, el enclave concreto que propicia el desarrollo de la historia.
- Introducir el conflicto, definir cuál es el punto de partida del protagonista respecto al problema, posicionarlo y hacer que actúe y decida según sus objetivos definidos.
- Debe durar entre 25 y 30 minutos aproximadamente. Es importante que enganche al espectador y sea atractivo, que capte su atención.

¿Cómo lo hace Wilder en 'El apartamento'?
  • En primer lugar, se muestra un mundo seccionado en dos partes. Por un lado el trabajo, el ámbito profesional como proyección y éxito en el entorno social. Por otro, se observa la vida más allá de la oficina, la integridad personal y las condiciones de vida sometidas a los intereses de otros. El contexto “físico” donde Wilder desarrolla fundamentalmente la historia sigue el hilo del este contrapunto. Primero, la empresa de seguros donde trabajan los personajes, una empresa controlada por unos pocos donde una enorme masa de trabajadores cumple su función dentro de una larga cadena. Luego, el apartamento solitario de Buddy, del que se aprovechan los directivos de su empresa para quedar con sus amantes, incluso perjudicando y anteponiéndose a las preferencias que sobre él tiene su propietario. Wilder plasma en la primera secuencia de forma expositiva y clara este contraste de realidades que marcará el desarrollo y concierne en gran parte el devenir del conflicto.
  • Intuimos esta contraposición conceptual o incluso moral mediante la interacción entre los personajes claves. Primero, el trato con los jefes de la empresa de Buddy a los que hace favores con tal de ganarse un ascenso, rozando casi la humillación. Segundo, su relación y fijación en la ascensorista, amante del mayor cargo de la empresa al que Buddy se tiene que ganar. Este punto es el incitador del conflicto para el personaje, aunque bien es cierto que éste se involucra antes de conocer la situación real – puesto que en principio no sabe que la ascensorista está con Mandrake. Supone el núcleo del futuro enfrentamiento interno de Buddy entre su prosperidad profesional y su vida personal.
  • Por último, hay que destacar cómo se posiciona de inicio al protagonista sobre este planteamiento, haciendo de él un hombre ambicioso pero con buenas intenciones, que rebaja su dignidad y entrega gran parte de su vida al supuesto éxito profesional esperando ser compensado en el resto de facetas después. Wilder lo refleja en las insinuaciones de Buddy a la ascensorista, donde trata de cortejarla alardeando de su futura posición privilegiada.
En resumen, en este planteamiento vemos un binomio evidente donde fluctúa el protagonista, lo que provoca la entrada del conflicto. Vemos también una narración concisa y coherente, que transporta una idea que se plasma nítida en las imágenes. Vemos, en definitiva, media hora de cine que sustentará otros muchos minutos bajo una sólida base.

La película palpita, tiene vida y nos cuenta cosas porque la narración es consistente, clara y bien estructurada. Por ello, aunque no sea imprescindible el seguir unas “normas” a pies juntillas, es beneficioso el considerar unas premisas básicas que puedan sustentar los conceptos, temas o secuencias que en la mente son siempre tan abstractos. Los recursos que aquí emplea Wilder son un gran ejemplo .

FUENTE: http://creaguion.blogspot.com.es/2011/01/el-planteamiento-de-la-trama-en-el_26.html